El presidente envió a la Agrupación de Ingenieros a urbanizar barrios populares de Rosario tras el microestallido en Empalme Graneros, como reacción al asesinato del chico Máximo Jerez hace dos meses. Pero los trabajos empezaron en la otra punta de la ciudad. ¿Por qué y cómo sigue ese plan?
Los ingenieros del Ejército comenzaron su misión de contruibuir a la urbanización de barrios populares de Rosario por Tío Rolo, en el extremo sudoeste de la ciudad, cuando en realidad el anuncio del presidente Alberto Fernández hace dos meses respondió a una emergencia en seguridad en la otra punta, en el barrio Los Pumitas donde se desató un microestallido por el crimen del chico Máximo Jérez. ¿Cuáles son las razones y cómo sigue el plan?
La subsecretaria de Hábitat, Josefina Del Río, confirmó que la coordinación entre la Municipalidad y la agrupación especial de la fuerza armada avanza sin inconvenientes y en los próximos días finalizará la primera obra: la apertura de la calle 2106 que unirá Tío Rolo con Puente Gallego, más al sur.
Se trata de un camino de 330 metros de largo, con banquina y zanjeo a ambos costados, que se abrió en medio de un descampado que era un basural y conecta las calles Camino Nuevo a Soldini con Camino Viejo a Soldini. “Esa calle queda con mejorado, no de tierra, y nosotros le haremos la iluminación”, afirmó Del Río a Rosario3 sobre la manera en que se complementan las tareas.
La segunda tarea consta de un movimiento similar pero paralelo. A unos 400 metros ya fue marcada la segunda calle que conectará ambos barrios y que debió rediseñarse por la presencia de la cancha de fútbol del Club Renacer (es entre la 2104 y 2102). Analizan, además, utilizar los predios adyacentes para nuevas instituciones porque se trata de terrenos provinciales.
Después de esta primera etapa se activará un mejoramiento de los accesos al asentamiento Medina (Camino Nuevo a Soldini cruzando Avellaneda hacia el oeste) y del despliegue más importante será ampliar la red de agua potable desde el acueducto de Batlle y Ordoñez. La conexión tendrá una forma de letra te, con 1200 metros de largo y dos tramos de 300 metros.
La Agrupación de Ingenieros 601 se instaló en el barrio con 13 integrantes no armados (tienen custodio de agentes federales), un obrador y un amplio despliegue de maquinaria pesada el lunes 24 de abril. Tienen un plazo de 25 días para la primera etata (apertura de calles y zanjeo) y de 90 en total para todo el proyecto.
El primer presupuesto estimado de 130 millones de pesos se elevó a 156 millones en convenio con el Ministerio de Defensa de la Nación y la Secretaría de Integración Socio Urbana (Sisu) del Ministerio de Desarrollo Social. Desde la Municipalidad reconocieron que por algunos insumos importados no previstos la inversión se elevará a cerca de 170 millones.
Hasta ahí lo acordado y que está en marcha. La promesa de extender ese mismo proceso –“exitoso hasta ahora”, según definen los voceros del Ejército y Hábitat local– a otros barrios de zona norte, como Madres de Plaza de Mayo y Sorrento y Cullen, todavía no tiene correlato formal. Aunque hubo relevamientos de los técnicos, no hay obras definidas y mucho menos presupuestos aprobados.
¿Por qué entonces el inédito desembarco de los ingenieros del Ejército dispuesto por el presidente el 7 de marzo pasado tras la pueblada en Empalme Graneros no llega al barrio que originó ese anuncio? ¿Y por qué, sobre todo, cuando en Los Pumitas también hay un viejo problema de falta de agua en los pasillos del fondo, hacia el arroyo Ludueña? Los ingenieros responden lo previsible: ellos cumplen órdenes y no van más allá de lo estipulado. La razón, según la Municipalidad, es técnica.
“Los trabajos en los barrios comenzaron según la factibilidad. En Tío Rolo ya teníamos un pliego licitatorio (hubo dos llamados que fracasaron) y un acueducto para ampliar que era más abordable. Tenía una ventaja comparativa con la zona de Los Pumitas y de Sorrento y Cullen”, resumió Del Río.
La subsecretaria de Hábitat local diferenció esa realidad de la apuesta en Los Pumitas, donde acribillaron a Máximo Jérez el pasado 5 de marzo en el marco de una disputa de bandas de narcomenudeo y donde sí llegaron fuerzas federales a patrullar. Ese punto del noroeste precisa un abordaje integral como se hizo en la urbanización de Villa Banana.
Eso implica no solo abrir calles o colocar caños sino dialogar con la comunidad, acordar traslado de familias si fuera necesario, construir viviendas, mudanzas, entre otras intervenciones de distintas áreas del Estado. “El mejoramiento ahí implica una permanencia, sumar conexiones y también saneamiento de los pasillos”, aclaró la funcionaria de la gestión de Pablo Javkin.
Al margen de eso, Del Río aseguró que la Municipalidad avanza con un plan para Sorrento y Cullen mientras que Hábitat de la provincia hace lo propio con Los Pumitas. No hay aún plazos y detalles pero se coordinará con Nación y el Ejército será parte.
“La Agrupación de Ingenieros está super predispuesta, son prolijos y profesionales para trabajar”, valoró Del Río y consideró que nuevas tareas implicarían “el desplazamiento de la fuerza” y todos sus equipos.
Por lo pronto, destacó, “lo que se está haciendo es muy importante porque hay zonas de Tío Rolo donde directamente no hay agua y hace muchos años”. “O se hacía esta obra o nunca iban a tener agua”, sentenció.
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