A Kelly Tyrrell, una corredora de ultramaratones en Madison, Wisconsin, le recomendaron que dejara de tomar estrógenos después de que le detectaron unos coágulos de sangre en los pulmones.Credit...Lauren Justice para The New York Times
En abril, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos suspendió el uso de la vacuna contra la COVID-19 de Johnson & Johnson para evaluar el riesgo de coágulos sanguíneos en mujeres menores de 50 años, muchos científicos señalaron que los coágulos asociados a las píldoras anticonceptivas eran mucho más comunes.
La comparación tenía el objetivo de tranquilizar a las mujeres sobre la seguridad de la vacuna. Pero, en vez de eso, ha provocado la ira de algunos sectores, no por la suspensión, sino por el hecho de que la mayoría de los anticonceptivos disponibles para las mujeres son cientos de veces más riesgosos y, sin embargo, no hay alternativas más seguras.
Los coágulos relacionados con la vacuna fueron de un tipo peligroso que se presenta en el cerebro, mientras que las píldoras anticonceptivas aumentan las probabilidades de que se forme un coágulo en una pierna o en el pulmón, algo que muchos expertos señalaron rápidamente. No obstante, la distinción no significa ninguna diferencia para algunas mujeres.
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“¿Por qué no se preocupó todo el mundo por los coágulos de sangre cuando empezamos a suministrarle la píldora a las niñas de 14 años?”, escribió una mujer en Twitter.
Otra dijo: “Si los anticonceptivos se hicieran para los hombres, tendrían sabor a tocino y serían gratuitos”.
Algunas mujeres escucharon, en las redes sociales y en otros lugares, que no debían quejarse porque habían elegido tomar anticonceptivos a sabiendas de los riesgos que implicaban.
“Eso me hizo enfadar”, señaló Mia Brett, experta en historia jurídica enfocada en la raza y la sexualidad en la Universidad Stony Brook de Nueva York. “Cuando se trata de la atención médica de las mujeres es muy común que señalemos algo y se le reste importancia”.
Los expertos en salud femenina ya estaban familiarizados con los torrentes de furia en internet. “Deberían estar enfadadas: la salud de las mujeres no recibe la misma atención”, mencionó la doctora Eve Feinberg, endocrinóloga reproductiva y especialista en infertilidad de la Universidad Northwestern. “Hay un enorme sesgo sexual en todos los sectores de la medicina”.
Seleccion de noticia Noemi Conde.
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