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Leonardo trabajó en esta obra desde 1503 hasta 1506.
Una nueva mirada sobre la famosa obra de Leonardo da Vinci reveló un detalle hasta ahora inadvertido. El crítico de arte norteamericano Kelly Grovier encontró en la silla donde se sienta la Mona Lisa algo que podría darle un nuevo significado a la Gioconda.
Si bien lo que más atrae de la pintura es la sonrisa de la modelo, Grovier repara en un elemento hasta ahora secundario de la obra para darle una nueva mirada a la intención del artista al pintarla. Se sabe que Leonardo trabajó en esta obra desde 1503 hasta 1506, y se supone que le hizo incluso varios retoques después.
"¿Cuántos de nosotros hemos notado alguna vez conscientemente el objeto del cuadro que está más cerca de nosotros que cualquier otro: la silla en la que se sienta la misteriosa mujer?", plantea el crítico. "No importa que sea lo único que la modelo de Leonardo agarra con su mano, la silla seguramente debe ser el aspecto que más pasa desapercibido de una pintura que ha sido sobreobservada", estimó.
Y agregó, misterioso: "escondida a simple vista, también puede ser la flecha que nos señala el camino hacia los significados más profundos de la obra". Grovier destaca que no es un banco o un taburete cualquiera, sino que se trata de una “silla pozzetto”, que significa "pozo pequeño".
"Al situar a la Mona Lisa dentro de un ‘pozo pequeño’, Da Vinci la transforma en una dimensión siempre fluctuante del universo físico que ocupa. La Mona Lisa no está sentada frente a un paisaje. Ella es el paisaje", afirma Grovier.
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