“Es importante que nuestros billetes, nuestro dinero, reflejen la historia y la diversidad de nuestro país”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, al anunciar que la administración de Joe Biden retomará el proyecto para incluir el rostro de la activista negra Harriet Tubman en el billete de US$ 20.
El proyecto nació originalmente durante la presidencia de Barack Obama, y convertirá a Tubman en la primera persona afroamericana en aparecer en un billete estadounidense, reemplazando al expresidente Andrew Jackson (1829-1837), un personaje admirado por Donald Trump e igualmente controversial.
El nombre de Harriet Tubman puede no ser muy conocido fuera de su país, pero la activista figura entre los estadounidenses más famosos de la historia. Con apodos como “Moisés” y “General”, Tubman es admirada por su valentía, al intentar escapar de la esclavitud en dos ocasiones, inspirando a su vez a muchos esclavos a huir.
Araminta “Minty” Ross nació en Maryland cerca de 1820. Hija de padres esclavizados, su amo de niña fue Edward Brodess. Cuando tenía 13 años, un supervisor lanzó una pesa de metal a un hombre esclavizado para que volviera a trabajar, pero terminó golpéandola a ella, provocándole un traumatismo en la cabeza. Después de eso empezó a tener síntomas similares a la epilepsia, e interpretaba sus visiones como símbolos divinos, por lo que adquirió un profundo sentimiento religioso.
Harriet Tubman (en el extremo izquierdo de la fotografía) se convirtió en un símbolo del abolicionismo.
En su juventud, se casó con John Tubman y se cambió el nombre. Su esposo era libre, pero eso no era suficiente para proteger a Harriet de que la vendieran. En 1849, Brodess intentó comerciarla pero no lo logró, debido al estado de salud de Tubman.
Cuando el amo murió, Harriet temió que la separaran del resto de su familia, así que huyó por primera vez junto a sus hermanos. Sin embargo, sus hermanos decidieron volver a la finca de los Brodess, por lo que, poco tiempo después, Tubman decidió irse sola.
Tubman llegó a Pennsylvania a través de la red antiesclavista conocida como “ferrocarril subterráneo”. Una vez allá, intentó liberar a otros familiares de la esclavitud. Al mismo tiempo, entregaba información a otros esclavos para ayudarlos con su propia liberación. Armada con un revólver, logró conducir a cerca de 70 esclavos a la libertad.
Figura de cera de la abolicionista Harriet Tubman en el Museo Madame Tussauds, en Washington. Foto: AP
Pese a que era analfabeta y no tenía formación, ayudó en la causa abolicionista a través de su experiencia. De esta manera, conoció y se hizo cercana a importantes intelectuales y figuras abolicionistas, blancos y negros, y aprovechó estas relaciones para conseguir apoyo financiero para su causa.
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