Agentes de policía junto a un monumento al poeta ruso Alexander Pushkin mientras se espera que los partidarios del líder de la oposición rusa Alexei Navalny protesten contra su detención en Moscú, Rusia, el 23 de enero, 2021. REUTERS/Maxim Shemetov
Por Maria Tsvetkova y Anton Zverev
MOSCÚ, 23 ene (Reuters) - La policía detuvo a más de 2.500 personas y usó la fuerza para disolver concentraciones en toda Rusia el sábado, mientras decenas de miles de manifestantes desafiaban las gélidas temperaturas y exigían la liberación del crítico del Kremlin Alexei Navalny, cuya esposa se encontraba entre los detenidos.
Navalny llamó a sus simpatizantes a protestar tras ser detenido el pasado fin de semana cuando regresó a Rusia desde Alemania por primera vez desde que fue envenenado con un agente nervioso que él dice le pusieron en su ropa interior agentes de la seguridad del Estado en agosto.
Las autoridades habían advertido a las personas que se mantuvieran alejadas de las protestas del sábado, diciendo que se arriesgaban a contraer el COVID-19, así como a ser detenidos y posiblemente encarcelados por asistir a un evento no autorizado.
Sin embargo, los manifestantes desafiaron la prohibición y el intenso frío de hasta -50 grados Celsius y acudieron en masa a las protestas.
En el centro de Moscú, donde los reporteros de Reuters calcularon que se habían reunido al menos 40.000 personas en una de las mayores concentraciones no autorizadas de los últimos años, se vio a la policía deteniendo bruscamente a la gente y metiéndola en furgonetas cercanas.
Las autoridades dijeron que sólo se habían presentado unas 4.000 personas. El Ministerio de Asuntos Exteriores cuestionó la estimación de la multitud de Reuters, utilizando el sarcasmo para sugerir que era demasiado alta.
"¿Por qué no decir inmediatamente 4 millones?", bromeó en su canal oficial de mensajería Telegram.
Algunos manifestantes corearon "Putin es un ladrón", "Vergüenza" y "¡Libertad para Navalny!".
La esposa de Navalny, Yulia, dijo en las redes sociales que había sido detenida en la manifestación. Fue posteriormente puesta en libertad.
Algunos de los aliados políticos de Navalny fueron detenidos en los días previos a la protesta; otros, el mismo día.
El grupo de observación de protestas OVD-Info dijo que al menos 2.501 personas, entre ellas 945 en Moscú, habían sido detenidas en toda Rusia.
Registró detenciones en protestas en casi 70 pueblos y ciudades.
Navalny, un abogado de 44 años, se encuentra en una prisión de Moscú a la espera del resultado de cuatro asuntos legales que él califica de inventados. Acusa al presidente Vladimir Putin de ordenar su intento de asesinato. Putin lo ha rechazado, alegando que Navalny forma parte de una campaña de juego sucio respaldada por Estados Unidos para desacreditarlo.
Un manifestante de Moscú, Sergei Radchenko, de 53 años, dijo: "Estoy cansado de tener miedo. No me he presentado sólo por mí y por Navalny, sino por mi hijo, porque no hay futuro en este país".
Añadió que estaba asustado, pero que se sentía muy preocupado por lo que denominó un sistema judicial fuera de control.
(Reportes adicionales de Polina Ivanova, Polina Nikolskaya y Anastasia Teterevleva en Moscú, Michael Nienaber en Berlín, Tsvetelia Tsolovia en Sofía, Geert De Clercq in París y Sarah Young en Londres London; escrito por Gabrielle Tétrault-Farber, Tom Balmforth y Andrew Osborn. Editado en español por Marion Giraldo)
Por Maria Tsvetkova y Anton Zverev
MOSCÚ, 23 ene (Reuters) - La policía detuvo a más de 2.500 personas y usó la fuerza para disolver concentraciones en toda Rusia el sábado, mientras decenas de miles de manifestantes desafiaban las gélidas temperaturas y exigían la liberación del crítico del Kremlin Alexei Navalny, cuya esposa se encontraba entre los detenidos.
Navalny llamó a sus simpatizantes a protestar tras ser detenido el pasado fin de semana cuando regresó a Rusia desde Alemania por primera vez desde que fue envenenado con un agente nervioso que él dice le pusieron en su ropa interior agentes de la seguridad del Estado en agosto.
Las autoridades habían advertido a las personas que se mantuvieran alejadas de las protestas del sábado, diciendo que se arriesgaban a contraer el COVID-19, así como a ser detenidos y posiblemente encarcelados por asistir a un evento no autorizado.
Sin embargo, los manifestantes desafiaron la prohibición y el intenso frío de hasta -50 grados Celsius y acudieron en masa a las protestas.
En el centro de Moscú, donde los reporteros de Reuters calcularon que se habían reunido al menos 40.000 personas en una de las mayores concentraciones no autorizadas de los últimos años, se vio a la policía deteniendo bruscamente a la gente y metiéndola en furgonetas cercanas.
Las autoridades dijeron que sólo se habían presentado unas 4.000 personas. El Ministerio de Asuntos Exteriores cuestionó la estimación de la multitud de Reuters, utilizando el sarcasmo para sugerir que era demasiado alta.
"¿Por qué no decir inmediatamente 4 millones?", bromeó en su canal oficial de mensajería Telegram.
Algunos manifestantes corearon "Putin es un ladrón", "Vergüenza" y "¡Libertad para Navalny!".
La esposa de Navalny, Yulia, dijo en las redes sociales que había sido detenida en la manifestación. Fue posteriormente puesta en libertad.
Algunos de los aliados políticos de Navalny fueron detenidos en los días previos a la protesta; otros, el mismo día.
El grupo de observación de protestas OVD-Info dijo que al menos 2.501 personas, entre ellas 945 en Moscú, habían sido detenidas en toda Rusia.
Registró detenciones en protestas en casi 70 pueblos y ciudades.
Navalny, un abogado de 44 años, se encuentra en una prisión de Moscú a la espera del resultado de cuatro asuntos legales que él califica de inventados. Acusa al presidente Vladimir Putin de ordenar su intento de asesinato. Putin lo ha rechazado, alegando que Navalny forma parte de una campaña de juego sucio respaldada por Estados Unidos para desacreditarlo.
Un manifestante de Moscú, Sergei Radchenko, de 53 años, dijo: "Estoy cansado de tener miedo. No me he presentado sólo por mí y por Navalny, sino por mi hijo, porque no hay futuro en este país".
Añadió que estaba asustado, pero que se sentía muy preocupado por lo que denominó un sistema judicial fuera de control.
(Reportes adicionales de Polina Ivanova, Polina Nikolskaya y Anastasia Teterevleva en Moscú, Michael Nienaber en Berlín, Tsvetelia Tsolovia en Sofía, Geert De Clercq in París y Sarah Young en Londres London; escrito por Gabrielle Tétrault-Farber, Tom Balmforth y Andrew Osborn. Editado en español por Marion Giraldo)
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