Afecta del 8 al 12% de la población mundial.
Cada 12 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Disfagia, con el objetivo de dar a conocer este trastorno que afecta mundialmente a entre el 8 y 12% de la población. Consiste en la dificultad de tragar comida y sustancias líquidas en forma natural, por lo que se requiere de atención inmediata.
La desnutrición, deshidratación o neumonía por broncoaspiración resultan los principales riesgos asociados y su incidencia es más grande en adultos mayores o personas con patologías neurológicas, así como pacientes institucionalizados. Por el aumento de la prevalencia de enfermedades asociadas, se estima que esta problemática continúe en ascenso y por eso es clave conocerla para un diagnóstico temprano y correcto abordaje, evitando cuadros de malnutrición.
Disfagia
La disfagia es una patología que dificulta la deglución de los alimentos e inclusive de ingerir sustancias líquidas debido a un daño o alteración que afecta de forma directa la cavidad oral, incluyendo la región faríngea, la laringe y el esófago. Esta situación se acompaña de síntomas como dolor al tragar los alimentos, problemas respiratorios y en casos más avanzados, presencia de malnutrición.
A ello se suman distintos trastornos emocionales que sufre el paciente, que lo llevan al aislamiento y problemas de sociabilización.
Causas de la disfagia
La disfagia puede deberse a diversas causas, una de ellas, es la llamada acalasia, la cual provoca que el esfínter no logre relajarse y no deja que los alimentos lleguen al estómago y que, en su lugar, suban de nuevo a la garganta. Otra de las causas se presenta cuando el esófago, por falta de coordinación, se contrae varias veces de manera involuntaria.
Por otra parte, la presencia de algún tipo de tumoración en esta región puede provocar la disfagia.
Síntomas de la disfagia
Algunos síntomas asociados a esta patología pueden ser los siguientes:
-Molestia o dolor al momento de ingerir los alimentos.
-Una sensación de que los alimentos no bajan hacia la zona del esófago y quedan atrapados en la garganta y en el pecho.
-Presencia de voz ronca.
-Puede presentarse regurgitación, que es el retorno de los alimentos a la cavidad bucal.
-Acidez estomacal.
-Puede haber presencia de tos.
-Pérdida de peso de forma repentina.
Qué hacer para disminuir su malestar
Tras obtener el diagnóstico, una de las principales recomendaciones es cambiar la dieta, hacer ejercicios y evitar continuar con rutinas como fumar, consumir alcohol o cualquier tipo de sustancias tóxicas para el organismo que agraven el problema.
Resulta clave que la persona esté atenta a los cuidados, rutinas y comportamientos habituales que deben estar presentes a la hora de realizar cada ingesta como por ejemplo, masticar los alimentos lentamente, no hablar durante el tiempo que se esté realizando la deglución y que no existan elementos persuasivos en el ambiente.
Por otra parte, se debe realizar un seguimiento con nutricionista para que el mismo corrobore si se están ingiriendo adecuadamente todos los nutrientes, vitaminas y minerales que el organismo necesita.
La disfagia puede presentarse en forma aguda y la función ser recuperada mediante tratamientos de rehabilitación, o de manera crónica, por alguna patología neurodegenerativa, comenzando por algún síntoma que luego se va agravando. En cualquiera de los casos hay tratamientos y por eso es importante realizar una consulta lo más pronto posible para arribar a un diagnóstico temprano.
Desarrollado por Rodrigo Guidetti
