En un partido de mucha fricción, los dirigidos por Scaloni encontraron la ventaja con un cabezazo inolvidable de Otamendi y supieron cuidarla hasta el final. El propio Nico y Dibu fueron las grandes figuras de una selección que le quitó el invicto como local a Brasil en Eliminatorias
Con un gran gol de Otamendi de cabeza en el segundo tiempo, Argentina consiguió un triunfo de oro en el Maracaná ante Brasil, le cortó el invicto al local y se afirmó como líder de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial 2026.
Tras media hora de demora por los graves incidentes en la tribuna argentina, la situación se normalizó y hubo fútbol. Y el partido fue muy caliente. Pierna fuerte, tensión, fricción y poco juego. Ambos equipo se dedicaron más a cuidarse de los ataques rivales que a hilvanar los propios y eso se vio reflejado en el trámite del partido que se hizo muy chato. Brasil dominaba pero sin claridad. Tan es así, que prácticamente en todo el primer tiempo no hubo situaciones de riesgo en ninguno de los dos arcos. Solo sobre el final y tras un rechazo de un córner, el local tuvo una clara con un remate de afuera que sacó Cuti Romero sobre la línea de gol.
En el complemento la fisonomía del partido no se modificó: Brasil tenía la pelota y Argentina se abroquelaba atrás y nadie rompía el molde. Antes de los 10’ Rafinha le ganó la espalda a Acuña y definió casi sin ángulo ante el buen achique del Dibu Martínez. Un par de minutos más tarde, la figura del arquero se agigantó al taparle un remate franco a Martinelli tras una buena apilada previa de Gabriel Jesús.
Pero allí, en el momento de mayor zozobra, apareció el campeón del mundo. Tras una buena jugada colectiva llegó un córner. Lo Celso lo ejecutó con precisión quirúrgica y Nicolás Otamendi se elevó por encima del resto y metió un cabezazo perfecto para darle la ventaja al elenco de Scaloni.
A partir de allí, Argentina jugó con mayor tranquilidad por el resultado y manejó con inteligencia el trámite. Brasil fue la contracara, incluso Joelinton vio la roja por una entrada temeraria a De Paul.
Así los minutos se fueron consumiendo, con un Brasil inofensivo y sumido en la impotencia y una Argentina que defendió con uñas y dientes la ventaja. Fue un triunfo tan trabajado como necesario. En el Maracaná. Otra vez. Como hace 2 años, cuando La Scaloneta comenzó a escribir su historia grande con aquel gol de Angelito. Una historia que cada vez se agiganta más. Y que siga la fiesta...
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