A los puertos cerealeros le preocupa que se prohíba el tránsito de embarcaciones extranjeras entre la zona de rada y cada terminal porque, aseguran, no hay equipos argentinos para usar en su reemplazo
El Ministerio de Transporte de la Nación trabaja en el armado de un sistema de aprobación rápida de permisos para que remolcadores extranjeros (básicamente paraguayos) puedan realizar maniobras de cabotaje en los puertos del Gran Rosario en caso de no haber disponibles embarcaciones nacionales. Según averiguó Rosario3, la normativa está en plena preparación y sería anunciada a la brevedad.
La situación es la siguiente. A principios de agosto, ejecutivos de puertos cerealeros supieron de boca de dirigentes gremiales que el gobierno nacional se disponía a derogar una disposición de Prefectura que habilita a remolcadores paraguayos a realizar maniobras consideradas de cabotaje.
Ocurre que los trenes de barcazas que llegan de Paraguay (con soja paraguaya, brasilera y boliviana) paran todos en un punto de amarre al norte del Gran Rosario, esperando el OK para ingresar a cada puerto de destino.
En teoría, ese último tránsito es un viaje de cabotaje y como el transporte entre puertos argentinos solo lo pueden hacer embarcaciones de bandera nacional, no podrían hacerlo los equipos paraguayos. Ante la falta de embarcaciones argentinas y que el trámite para pedir un permiso especial para usar las foráneas (waiver en la jerga) no tiene la agilidad operativa que la logística de este sector industrial requiere, es que desde hace años se recurre a esa disposición; una suerte de waiver de facto.
En el marco de las crecientes tensiones con Paraguay por la Hidrovía, el subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Patricio Hogan, empezó a trabajar en la derogación del decreto, y esa fue la versión extraoficial que llegó a los aceiteros.
Según supo Rosario3, la idea del Ministerio es que la ley de cabotaje se cumpla y no se puentee (como sostienen que ocurre ahora), y si el convoy no encuentra remolcador argentino (que no hay) que tome la posta en el “punto de amarre”, pueda hacer ese último tránsito solicitando una dispensa de manera ágil sin afectar la logística de la industria cerealera pero revalorizando la normativa argentina.
Es más, los funcionarios se quejan de la doble vara de los paraguayos, que son muy estrictos en el cumplimiento de las prohibiciones para la operatoria de embarcaciones argentinas allí. “No hay reciprocidad. Y hay que tener cuidado con representar a los intereses extranjeros en desmedro de los nacionales”, bajan como mensaje desde Transporte a los puertos privados argentinos.
Lo que asoma otra vez es que el gobierno argentino debe afinar mejor la estrategia en la toma de este tipo de medidas para evitar que se le lime el frente interno. Por ejemplo, evitando filtraciones a los gremios de las medidas en estudio. Y si se filtran, tener una rápida respuesta para evitar la incertidumbre. Con decir, que hace más de 40 días que los puertos le escribieron a Hogan en busca de precisiones oficiales sobre el tema y todavía están esperando respuesta
Este incidente se inscribe dentro de un conflicto entre Argentina y Paraguay mucho más profundo que tiene como escenario la Hidrovía: la decisión del gobierno nacional de empezar a cobrar un peaje a las embarcaciones paraguayas por el acondicionamiento de la vía navegable desde Santa Fe a Confluencia, que por décadas subsidió el Tesoro argentino y usaron gratis los paraguayos.
La medida, obviamente, generó la protesta de paraguayos, bolivianos y brasileros, que la rechazan con el argumento que su implementación unilateral viola acuerdos y tratados regionales.
Y en lo que hace los empresarios argentinos, la respaldaron conceptualmente, pero como ven que el gobierno se pasó de rosca con lo caro de la tarifa dispuesta, se desmarcaron de la posición oficial.
Como sea, este viernes se realizará una nueva ronda de negociaciones en el marco del Comité Intergubernamental de la Hidrovía (CIH), el organismo multilateral en el que Argentina y Brasil decidieron intentar encontrar una salida negociada en el plazo de unos 60 días. Se trata del segundo encuentro entre las partes, mientras el distanciamiento entre ambos países escala.
Por ejemplo, esta semana el gobierno paraguayo decidió dejar de cederle a la Argentina la energía que le corresponde por la represa binacional Yacyretá. El anuncio lo hizo el vicepresidente de Paraguay, Pedro Alliana, quien confirmó su país se iba a quedar con el 100 por ciento de la potencia de energía que les corresponde de la central hidroeléctrica binacional de Yacyretá. Esta decisión afecta a la Argentina, que viene recibiendo a modo de sesión el 85 por ciento de esa producción.
Desarrollado por Rodrigo Guidetti