Celeste Saulo, la directora del Servicio Meteorológico Nacional y titular designada del organismo mundial del área, explicó los alcances de “una nueva era” condicionada por el cambio climático. Diferenció los datos verificados de las inferencias y aclaró: “Por ahora no hay un Súper Niño”. Los riesgos de no planificar
La científica argentina Celeste Saulo, directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y primera secretaria general mujer de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), electa para el período 2024-2027, presentó en Rosario los desafíos que enfrentan los Estados ante la crisis del cambio climático y diferenció los alcances estudiados de El Niño en la región de las especulaciones no validadas en investigaciones oficiales.
La profesora y doctora en Ciencias de la Atmósfera recordó que Santa Fe viene de tres años bajo los efectos de la Niña y una sequía muy severa, que se observa aún en los mapas que van desde diciembre de 2022 a mayo de 2023.
Los últimos estudios de la temperatura del Océano Pacífico (sobre todo en una especie de caja al oeste de Ecuador) indica que está “sobrecalentado” y el paso hacia una fase del Niño es un hecho.
El problema está en los impactos que eso tendrá y ahí se detuvo Saulo en la charla realizada este lunes en la sede de Maipú 1065 de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), junto a Guillermo Montero, ingeniero agrónomo y secretario de la UNR, y Sergio Rossi, agrimensor y secretario de Estrategia del Ministerio de Defensa.
En un resumen que despejó lo verdadero de lo falso o al menos exagerado, la titular del SMN mostró con gráficos elaborados para esa presentación que “no es por ahora un Súper Niño” como otros colegas y medios han anunciado.
Saulo marcó una línea ascendente en negro (de temperatura sobre meses) que llegará sin dudas a superar los 0,5 grados (lo que define el inicio del Niño) pero a partir de esa realidad los pronósticos con proyecciones matemáticas varían demasiado. Algunos estiran esa línea hacia arriba (hasta 2,5 grados) pero otros la mantienen estable e incluso a la baja.
Con respecto a Niños anteriores, los más fuertes fueron en 1982, 1997 y 2015 pero cada evento fue distinto. “Hay que bancar la incertidumbre. No es que no tenemos estudios. Lo que sabemos es hasta acá”, aclaró.
La profesora analizó también la evolución de la precipitación promedio en la provincia durante los últimos cuatro eventos iniciados en invierno. Las curvas despegaron hacia anomalías severas en 2002/03 (400 milímetros acumulados en exceso) y en 2009/10, sobre todo desde noviembre del primer año y hasta el verano siguiente.
"Estos son datos de lo que ya ocurrió, no pronósticos ni inferencias. Los datos no mienten, no hay que disfrazarlos", aseguró.
El detalle por estaciones suma pistas pero no revelaciones. Hubo cuatro inviernos lluviosos y siete normales. Nueve primaveras lluviosas, cinco normales pero siete secas. La mayoría de los veranos (no todos) también arroja la marca de precipitaciones en exceso. En promedio, entonces, "se ven favorecidas lluvias superiores a lo normal".
En la introducción de la charla, Saulo planteó las coincidencias entre el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la temperatura media global y de Argentina desde 1980. Como explicó a Rosario3 la científica Carolina Vera, argentina en el panel de especialistas de la ONU, ya superamos en 1,1 grados a la era preindustrial (1850-1900) y la tendencia no es alentadora.
La titular del SMN y desde en enero próximo de la OMM planteó el ingreso a “una nueva era de servicios hidrométricos” que están “condicionados por el cambio climático y la inequidad”. Reclamó una cooperación entre organismos estatales, privados y académicos bajo una “voz oficial” que sea clara y responsable para los tomadores de decisión y usuarios en general.
En ese plano, propuso identificar los problemas acuciantes y trabajar en conjunto. Sobre todo no fragmentar los estudios y desarrollos e “ir para un mismo lado porque no nos sobran los recursos”.
El tema generó inquietud entre quienes asistieron a escuchar la presentación, investigadores, ambientalistas y la concejala Norma López, por ejemplo.
–¿Es tan dramático el cambio climático como dicen?
–Y sí, pero que eso no nos paralice, el cambio ya está instalado y nos obliga como sociedad ver qué hacemos y dejar de emitir gases. Pero sí es grave.
Saulo habló de los impactos en ecosistemas por la elevación de la temperatura global. “Alguien puede pensar: ¿qué me importan los corales del Pacífico?, pero son ecosistemas enteros que se afectan y entonces el problema detona por otro lado”, agregó.
“El cambio climático nos trae mayor frecuencia de eventos severos que producen daños a las poblaciones más vulnerables. Eso nos obliga a tomar acciones, además que el SMN debe trabajar para mejorar la actividad productiva y transicionar hacia energías limpias (aire, viento y lluvia)”, profundizó Saulo en diálogo con Rosario3.
Parte de esos dilemas “acuciantes”, que evidencian demandas crecientes no acompañadas de más recursos, se observaron en eventos absolutamente distintos pero con impactos similares. En Uruguay por una sequía vinculada a la Niña y en Chile, bajo emergencia por tormentas en los últimos días, registraron fallas en la provisión de agua potable para la población.
El antídoto para esas crisis es la planificación estatal. “Es el Estado el que debe actuar. No podés esperar que un individuo o una empresa lo haga. Si no planificamos y trabajamos sobre distintos escenarios posibles y si dejamos el sistema librado a la decisión de individuos o corporaciones, el sistema en un momento acusará recibo y habrá una crisis del agua, no me cabe duda”, adelantó.
Saulo aclaró: “No te puedo decir cuándo, no lo sé, pero no es tomando cada uno la decisión que quiere y como quiere sin planificar el bien común”. Las políticas, los desarrollos y también los límites a las producciones (o extracciones) “no se ven desde un solo sector, tiene que verlo alguien por encima de lo sectorial, para que la explotación te dé comida y la comida le sirva a la gente y dé trabajo y todo eso sea sostenible”. “Si cada uno se mueve por la individual, la crisis del agua va a suceder”, agregó.
Mientras tanto, las contingencias se pueden resolver con parches (sumar bombas de extracción a la planta de Aguas cuando el río baja, por ejemplo) “pero los fenómenos extremos seguirán y serán cada vez más frecuentes”.
Por otro lado, Celeste Saulo valoró desde la ciudad que su elección como secretaria de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) puede “aportar mucho desde el sur global”. Se propuso “aportar la voz de los países en desarrollo porque sabemos gestionar con limitaciones pero con creatividad e ideas, y estos es un plus en un mundo que atraviesa una crisis climática insoslayable, donde los países más vulnerables son los menos desarrollados”.
“Todo eso sumado a mi condición de mujer formó un combo interesante para cambiar el rol de esta institución que tenía 150 años sin mujeres al frente y es un hecho histórico para sumar nuevas miradas", indicó este martes a Radio 2.
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