El último campeón de la NBA tiene el mejor récord de la temporada. El base anotó 45 puntos en su último partido.
Ni su juego ni sus números son los de aquellas dos temporadas mágicas de 2015 y 2016. Cierto es que resignó algo de protagonismo en pos del objetivo común cuando llegó Kevin Durant. Pero ahora, después de casi un mes afuera por lesión, volvió a brillar en todo su esplendor. Stephen Curry está de nuevo y la NBA lo sabe. Y en caso de que hubiese algún despistado, el crack se encargó de recordarlo con 45 puntos en menos de media hora ante Los Angeles Clippers.
En estos tiempos, han brillado más en términos individuales hombres como Russell Westbrook, el último MVP; James Harden, uno de los candidatos top para ese premio en la actual campaña, o incluso LeBron James, el único que pudo robarle un título a los Súper Golden State Warriors y que, en una fase regular donde otros suelen hacer más ruido, igualmente está teniendo un rendimiento digno de sus mejores años.
Hace casi un mes, el base de Golden State sufrió una torcedura en el tobillo derecho en un partido ante New Orleans al intentar robar una pelota. La imagen se viralizó rápidamente porque el cuadro en que el pie llegó al punto máximo del arqueamiento dio motivos para presagiar una lesión mucho peor. Además, el complejo historial que tiene Curry con las lesiones de tobillo fue otra razón para encender las alarmas, si bien dejó atrás los problemas en esa zona hace varios años.
Algunos ingredientes en la cotidianeidad de los regresos son la restricción de minutos en los primeros partidos, la falta de ritmo a la hora de tirar al aro o algunos desajustes en el manejo de la bola. Es normal que pasen bastantes lanzamientos (cuando no bastantes partidos) hasta que el jugador regresa a la zona de confort y calienta la mano. Pero Curry es un distinto en todos los sentidos...
Por eso fue capaz de volver contra Memphis y meter 38 puntos en 26 minutos con 10 triples. En el actual torneo, ningún otro jugador de la liga llegó a una decena de conversiones a distancia en el mismo partido. A Curry le bastaron poquito más de dos cuartos de juego para llegar. Ah, había estado once partidos y casi un mes sin jugar.
Si bien la muestra es pequeña (apenas cuatro partidos), son cifras dignas de un jugador que está encendido. Y no se trata de ponderar lo que logró en un puñado de juegos ante tres de cuatro rivales que se encuentran entre los más débiles de la NBA como lo son el propio Memphis, Dallas y los Clippers, sino el altísimo nivel luego de un mes sin competencia. Desde el retorno, Curry promedia 36 puntos, 6 rebotes, 58% de acierto en tiros de campo y 53% en triples, cifras irrisorias incluso para él, cuyos promedios de carrera son de 47,7% y 43,6%, respectivamente.
Hay dos estadísticas analíticas que explican mejor que las tradicionales la real efectividad a la hora de anotar y la incidencia de un jugador en el equipo.
El porcentaje True Shooting (una medida que toma en cuenta el nivel de acierto en dobles, triples y libres de forma combinada) da cuenta de la espectacularidad de Steph en su vuelta. Su TS% en estos partidos asciende a 80,2 cuando su promedio en la temporada es de 66 (5° mejor de la liga, a apenas una centésima del líder).
La Tasa de Uso (Usage Rate, según el departamento de estadísticas de ESPN Estados Unidos) mide la cantidad de posesiones que un jugador utilizaría cada 40 minutos y en las que terminaría con una acción de anotación o pérdida de pelota. El UR de Curry en esta serie de partidos está en lo habitual (30,9).
El dato a tener en cuenta al combinar estas dos estadísticas es que, entre los primeros 30 que mejor tiran al aro en todo concepto, sólo dos usan al menos 30 posesiones por encuentro: Curry y LeBron James.
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