Desazón, tristeza y angustia. Eso es lo que se está viviendo por estas horas en torno a una de las pérdidas más fuertes de nuestro país, tras la muerte de Diego Maradona. Fue en el programa de Juana Viale que se emite a través de la pantalla de Canal Trece, donde estuvo como invitado el Turco García, íntimo amigo del astro que falleció el pasado 25 de noviembre debido a una insuficiencia cardíaca. El exfutbolista convulsionó a todos con lo que relató.
«Yo tengo unas cuantas cicatrices. Tengo un cabezazo, después tengo la del brazo. Ahí tengo seis tornillos, me caí en Gesell, un auto, un arenero de carrera. Normalmente los vuelcos son de punta y ahí quedás cuadripléjico. Yo aceleré y empecé a rodar por el médano. Tuve una fractura desplazada, salí del auto y quedé boca abajo. La nafta del auto quedó correando», comenzó contando antes de que llegara la pregunta más fuerte de todas.
«Hablando de cicatrices, ¿cómo ves lo que pasó con la junta médica que investiga la muerte de Maradona?», indagó Juana Viale. «La verdad, yo no tengo nada contra nadie, los apellidos no me importante. Que vayan presos los responsables, van a ir, no tengo ninguna duda, ojalá no sea ningún perejil, como se dice en la jerga. Si ustedes ven un reportaje de Diego hace 11 meses… ¿Una persona en 11 meses puede cambiar tanto?», lanzó el Turco García.
«A mí me dicen que yo siempre estoy defendiendo a Claudia, Dalma y a Gianinna. A Claudia la conozco de toda la vida, a Dalma y a Gianinna las tuve en brazos desde chiquitas, sé lo que son. Dicen, ‘lo podrían haber ido a sacar’. Lo que pasa es que le llenaban la cabeza, le decían que le querían sacar la plata. Cuando iba Gianinna le decía ‘tomatela de acá’. ¿Qué hace una nena? Por más de que sea grande, se va», disparó furioso.
Además, también habló sobre sus adicciones. «Cuando me filmé me vi. Dije ‘no puede ser lo que estoy haciendo, tengo que parar’. El fútbol te jubila joven y después no saber qué hacer. Yo la peleé para tomar la decisión de dejar. Eso es una pelea muy dura. Cuando dejé, el primer mes la pasé mal. ‘Qué hago, cómo estoy sufriendo’. Yo antes odiaba a los pajaritos y al sol. ‘Yo no estoy bien’, decía. Empezás a ver la realidad. Cuando vos sos grande sábés lo que hacés, nadie te pone un revolver en la cabeza. Siempre digo que la cocaína es un impermeable, te tapa la lluvia pero se te ve la ropa. El quilombo lo tenés igual», señaló.
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