En tanto,a Federación Argentina de la Industria Molinera (Faim) dejó expresada que el sector tiene problemas de escasez de oferta, frente a la baja disposición de los productores de vender trigo.
“Trigo hay. El problema son los precios regulados de la harina que puso el gobierno”. Esa fue la conclusión a la que arribo el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Daniel Nasini, luego de la última reunión de la “Mesa Intersectorial de Trigo” que se realizó el miércoles pasado de manera virtual.
Y las negociaciones son contra-reloj porque la inflación que no cede presiona sobre los funcionarios para tomar cartas en el asunto.
Destacan los empresarios que granos no faltan sino que subió su cotización y hay poca necesidad de los productores, acopios y cooperativas por vender el que tienen almacenado y tener que quedarse en pesos ante la devaluación permanente.
El gobierno mantiene congelado el precio de la harina con los valores de marzo ($30 el kilo) cuando los costos de los molinos siguieron subiendo - el trigo, que es el 80% del costo, aumentó de $13.200 a $20.000 la tonelada- y por eso las industrias atraviesan un gran estrés financiero que está provocando que muchas produzcan menos para dejar de operar a pérdida En consecuencia se genera una tensión en la cadena de panificadoras porque es más difícil conseguir la harina.
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