Para tener el beneficio, deberán comprar una vivienda y permanecer en la aldea alpina al menos 10 años. El lugar hoy sólo cuenta con 240 vecinos.
Mientras la densidad poblacional en las grandes ciudades europeas no deja de crecer, las zonas rurales están cada vez más despobladas. Y para revertir ese proceso en Suiza están dispuestos a lo impensado: pagarles a quienes decidan quedarse en un paraíso.
Albinen es una pequeña aldea montañosa, ubicada en el Valle del Ródano a 1.300 metros sobre el nivel del mar. Está a menos de dos horas en tren de Berna y a unas tres de Ginebra. Allí el sol brilla a menudo, las primaveras son floreadas y los prados bien verdes. El aire es puro, la tranquilidad impera y el tiempo no apremia. Sin embargo, lo que no abundan son vecinos. Sólo quedan 240, acaban de irse del pueblo tres familias, y hasta tuvieron que cerrar la escuela por falta de alumnos, ya que son nada más que cinco.
Albinen es una pequeña aldea montañosa, ubicada en el Valle del Ródano a 1.300 metros sobre el nivel del mar. Está a menos de dos horas en tren de Berna y a unas tres de Ginebra. Allí el sol brilla a menudo, las primaveras son floreadas y los prados bien verdes. El aire es puro, la tranquilidad impera y el tiempo no apremia. Sin embargo, lo que no abundan son vecinos. Sólo quedan 240, acaban de irse del pueblo tres familias, y hasta tuvieron que cerrar la escuela por falta de alumnos, ya que son nada más que cinco.
Para fomentar la llegada de residentes, desde el Ayuntamiento impulsaron una iniciativa con la que buscan refundar el lugar: pagarles hasta 25.000 francos, unos 21.390 euros, a todo aquel adulto que decida instalarse en una de las viviendas que quedaron vacías en la comunidad.
Un grupo de jóvenes locales presentó el proyecto que contó con el aval de 94 personas (que representan casi el 50% del padrón electoral). El Concejo municipal ya aceptó la propuesta que se votará el próximo jueves 30 de noviembre. Además de los 25.000 francos por adulto, la iniciativa ofrece otros 10.000 francos (8.500 euros) por niño.
Sólo 240 personas residen hoy en Albinen y el éxodo no se detiene.
Pero no todo lo que brilla es oro, para acceder al beneficio hay que cumplir con una serie de requisitos. Quienes desean instalarse deberán comprar o construir una casa cuyo valor ronda los 200.000 francos (170.000 euros), tener menos de 45 años y quedarse allí una década. Si deciden irse antes de tiempo, deberán devolver la cantidad prestada en su totalidad.
El objetivo es llegar al menos a atraer a cinco familias, diez adultos y ocho niños en cinco años. Consideran que en el mejor de los casos pueden llegar a albergar hasta diez familias que tengan al menos 16 chicos en el pueblo que tiene una iglesia rodeada por chalés, muchos de ellos convertidos en casas de vacaciones o de fin de semana.
En el Ayuntamiento ya reservaron 100.000 francos suizos (85.500 euros) del presupuesto anual para el plan. "Habrá más habitantes y más ingresos, pero también más trabajo gracias a los nuevos proyectos de construcción que se realicen", indicaron los promotores del proyecto.
Lo que sucede en Albinen también se replica en otros municipios de Suiza. En Inden, otra aldea de montaña, los residentes reciben descuentos por sus compras en la tienda del pueblo y en Safien, el transporte público es gratuito para los jóvenes.
Desarrollado por Rodrigo Guidetti
