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Newells rindió con la soga al cuello y se mancó con viento a favor

El equipo de Kudelka superó la presión inicial del torneo y con un juego confiable tomó oxígeno en el promedio. Pero en una semana y ante rivales modestos volvió al pantano.

Deportes | 05/11/19

 
 

Newell’s es un caso curioso en esta Superliga. Porque el equipo leproso surfeó la ola inicial más difícil con pericia y luego se cayó de la tabla cuando la marea estaba tranquila. Es que los rojinegros arrancaron hundidos en los promedios y en base a un juego sólido y con ambición ofensiva tomaron distancia de las urgencias en los primeros pasos del torneo. Entonces, ya con oxígeno debían consolidar el arranque confiable, pero ante dos rivales endebles como Gimnasia y Talleres se llenaron de dudas y mostraron la peor cara del ciclo Kudelka. El rendimiento individual y colectivo fue de mayor a menor y el correctivo debe aparecer sin dilaciones. El domingo ante Defensa y Justicia en el Coloso debe recuperar la compostura porque la hemorragia necesita un torniquete.

   Newell’s, con aciertos y errores, había encontrado rápido una identidad de juego. Intentaba salir prolijo del fondo, estaba seguro en la zaga con Lema y Gentiletti, los volantes imprimían dinámica en el ida y vuelta, tenía claridad con la sociedad Maxi-Formica y Albertengo se las arreglaba para sostener la bocha arriba y solía no fallar cuando la pelota le quedaba en zona de gatillo. Este buen andar, que lo hizo ser implacable de local y hasta rescatar puntos importantes de visitante, como en los empates ante Central y Boca y el triunfazo en Paraná frente a Patronato, luego se desmoronó en apenas una semana, tal cual un castillo de naipes.

   Los rojinegros habían cumplido con la etapa más compleja, que fue sortear la presión inicial, y encontraron rápido un funcionamiento confiable, que además se trasladó de inmediato a los resultados positivos. De los primeros nueve partidos, Newell’s había perdido sólo ante Vélez, ganado cinco (Central Córdoba de Santiago del Estero, Unión, Huracán, Aldosivi y Patronato) y empatado en tres ocasiones (Central, Boca y Banfield).

   Pero en los últimos dos cotejos se vino la noche y se cayó el sistema. Porque el martes pasado Newell’s fue un espanto y goleado sin piedad por el modesto Gimnasia de Maradona y el domingo en Córdoba sucumbió por 1 a 0 frente al irregular Talleres. En ambos casos lució desorientado en defensa e irresoluto en ofensiva. Por eso la urgencia de una rápida reacción.

   Sin dudas que la ausencia por lesión de Jerónimo Cacciabue, que se desgarró ante Boca, le quitó a Newell’s el volante mixto que hacía de dique de contención para la defensa, junto a Julián Fernández, y además aportaba sorpresa frontal a la hora de atacar.

   Lo curioso es que Kudelka en las últimas dos fechas cambió nombres y posiciones en más de la mitad del equipo titular y eso lejos de recomponer la línea aportó más confusión. Por eso, para el DT será el momento de parar la pelota, recalcular el rumbo, reacomodar el equipo de cero y relanzar su gestión. Como un volver a empezar, ya con el torneo en marcha.

   En las buenas hay que estar convencido del rumbo, pero en las malas mucho más. Y el equipo de Kudelka no puede haber perdido la memoria de la noche a la mañana. Su gran desafío es reconvertir los defectos del presente en los aciertos del pasado cercano. Y no hay dudas de que el problema es de funcionamiento colectivo y pérdida de confianza, ya que ninguna individualidad zafó del aplazo en las últimas dos presentaciones.

   Newell’s debe armarse de atrás hacia adelante. Ganar consistencia en el fondo, ensamblar la línea de volantes y volver a generar riesgo ofensivo, las tres facetas en las que más allá de los intérpretes colapsó en la última semana.

La Capital

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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