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Trump abandona a los kurdos de Siria en manos de Turquía

Ordenó la retirada de las tropas que quedaban en la zona kurda del país y dejó la vía libre a una invasión turca, que ya comenzó a atacar la región.

Internacionales | 08/10/19

 
 

Estados Unidos empezó a retirar sus tropas del norte de Siria, en el Kurdistán sirio, en cumplimiento de una orden directa del presidente Donald Trump. Este dio un giro de 180º a años de política exterior de Estados Unidos en esta región, y liberó el camino a una ofensiva militar de Turquía contra sus hasta ayer aliadas, las milicias kurdas. Anoche se produjeron los primeros bombardeos turcos sobre posiciones kurdas. La decisión de Donald Trump fue duramente criticada por legisladores de su propio Partido Republicano y sus adversarios demócratas (ver aparte).

Turquía, al igual que sus vecinas, no desea que los kurdos constituyan su propio Estado, ni siquiera una región autónoma. Los kurdos son una nación sin Estado desde hace siglos y tanto Turquía como Siria, Irak e Irán, los combaten sin piedad. Pero los kurdos, aliados con EEUU desde los años 90, han logrado conformar dos regiones autónomas: una en Irak, ya en tiempos de Saddam Hussein, y otra en Siria, en medio del caos de la guerra civil que estalló en 2011. Fueron claves para enfrentar y derrotar al Estado Islámico o Isis. Esta región es la que ahora ataca Turquía.

"Mi inigualable sabiduría"

Ante la lluvia de críticas ,Trump buscó mostrarse imparcial y lanzó una amenaza estrafalaria en Twitter: "Si Turquía hace algo que yo, en mi gran e inigualable sabiduría (sic), considero que está fuera de los límites, destruiré y aniquilaré totalmente la economía de Turquía", prometió. "Lo he hecho antes!", agregó. Antes, Trump había dicho que era hora de que Estados Unidos "saliera de estas ridículas guerras sin fin... Turquía, Europa, Siria, Irán, Irak, Rusia y los kurdos ahora tendrán que resolver la situación". Fue un mensaje al Pentágono, que ve los kurdos sirios y en sus primos iraquíes a aliados estratégicos en la región, donde con la retirada paulatina de EEUU ya desde tiempos de Obama y de sus aliados europeos, Rusia e Irán se imponen como potencias dominantes. Turquía quiere sumarse a ese dúo.

Además, la amenaza de una represalia económica de Trump poco interesó a presidente islamista turco, Recep Tayyip Erdogan. Este había celebrado la decisión de Trump de retirar sus tropas y adelantó que planea crear una "zona de seguridad". Turquía invadirá Siria y creará una "zona segura" de 32 kilómetros a lo largo de la frontera bajo su control, para obligar al repliegue de las fuerzas kurdas de las YPG. Aunque esta fuerza fue clave, junto con la aviación de Estados Unidos, para detener la ofensiva del Estado Islámico desde 2013 hasta hace poco, para Turquía siempre fue una amenaza. Las YPG son llamadas una "organización terrorista" por el régimen turco.

"Podemos entrar (en Siria) de noche, porque no podemos aceptar la amenaza de organizaciones terroristas a nuestro país", aseguró Erdogan. Los turcos no esperaron mucho: ayer se informó de bombardeos aéreos y de artillería sobre posiciones de comando de las YPG. En el terreno, las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), una alianza de combatientes sirios árabes y de las YPG, y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, confirmaron la salida de las fuerzas estadounidenses.

El Pentágono informó a los comandantes de las FSD que EEUU ya no los defenderá de Turquía. "Las fuerzas armadas de Estados Unidos no apoyarán ni estarán involucradas en la operación y las fuerzas de Estados Unidos, tras derrotar el califato el Isis, ya no estarán en las inmediaciones", explicó el Pentágono.

Washington había anunciado que su retirada permitirá a Turquía llevar a cabo "pronto" una incursión militar "prevista desde hace tiempo en el norte de Siria", lo que marca un claro cambio de estrategia, al abandonar a los kurdos, cuyas milicias fueron el principal aliado de Washington en la lucha contra el Estado Islámico y antes como socios, tanto en Siria con en Irak. En el pasado, Erdogan incursionó en Siria con la pretensión de atacar a los kurdos en Irak, pero sin éxito.

Las FDS, que combatieron durante años contra el Isis y conquistaron en marzo su último bastión en Siria, en Baghuz, advirtieron que la invasión turca provocará el resurgimiento del grupo terrorista islámico, el que llegó a dominar media Siria y gran parte de Irak. Acusaron a Washington de no cumplir sus compromisos y renegar de un aliado histórico. Mustafa Bali, vocero de las FDS dijo que las fuerzas estadounidenses "dejarán las áreas para convertirlas en una zona de guerra".

El comunicado de la Casa Blanca, que no mencionaba el destino de los kurdos, indicó que las tropas estadounidenses "no prestarán apoyo ni participarán en la operación" y "ya no seguirán en la zona inmediata" en el norte de Siria. Hay unos 1.000 militares estadounidenses en el norte de Siria, y un alto mando de Estados Unidos dijo que se marcharán de la zona y quizá abandonarán el país si se producen combates generalizados entre fuerzas turcas y kurdas. La Casa Blanca también señaló que Turquía asumirá la custodia de los combatientes extranjeros capturados en la campaña contra el Estado Islámico que están detenidos por las fuerzas kurdas. Entre ellos hay 2.500 combatientes extranjeros muy peligrosos procedentes de Europa y otros lugares y unos 10.000 combatientes capturados en Siria e Irak.

La Capital

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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