"Lo mejor es encontrar una solución antes de ir a otras elecciones" anticipadas, advirtió Felipe VI desde Mallorca, donde veranea.
El Rey Felipe VI de España aprovechó una tradicional sesión de fotos oficiales para enviar un mensaje directo y claro a los partidos políticos y desbloqueen la situación que vive el país, tras la investidura fallida de Pedro Sánchez como presidente. "Lo mejor es encontrar una solución de gobierno antes de ir a otras elecciones", dijo el rey durante el "posado" de la familia real en los jardines del Palacio de Marivent, en Palma. Una tradición española que sirvió para enviar una advertencia a la dirigencia política de parte del jefe del Estado.
"Esperemos que haya margen para que los partidos que tienen la confianza de los ciudadanos puedan encontrar una solución. Si no la encuentran, hay otras soluciones dentro de los cauces constitucionales", presionó el rey, quien el miércoles recibirá al socialista Pedro Sánchez en el tradicional despacho de verano, en el Palacio de Marivent. Este es la residencia veraniega de la familia real española. El rey, que ha posado junto a Letizia y sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, agregó que están "aprovechando algunos días (en Mallorca), siempre pendientes de la situación política", que siguen también "a través de los medios de comunicación. Estoy permanentemente en contacto con la presidenta del Congreso —Meritxell Batet—, sabemos que la actividad política no ha parado y en cualquier momento puede haber noticia".
Las presiones del rey para no ir a otras elecciones se dan cuando todas regiones españolas, las comunidades autónomas, ya han formado sus respectivos gobiernos, excepto La Rioja. Pero a nivel nacional aún queda por resolver la mayor incógnita: quién será el próximo presidente del gobierno. Para desbloquear la situación, el Congreso solo tiene 60 días para llegar a un acuerdo tras el último y fallido intento de investidura del pasado 25 de julio, cuando Sánchez, jefe del PSOE, no logró los votos de la izquierda radical de Unidas Podemos. Al parecer, las relaciones entre el socialismo de Sánchez y la formación de Pablo Iglesias quedaron muy dañadas después de ese episodio.
Sánchez, quien sigue al frente del Ejecutivo de manera interina, mantendrá esta semana una serie de reuniones, tanto con la sociedad civil como con diferentes partidos políticos con los que intenta un acercamiento para posibles pactos de gobierno. El presidente "en funciones" se reunirá hoy en Valencia con representantes del partido valenciano Compromís. A la reunión asistirán también el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento José Luis balos, así como el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig. El diputado de Compromís, Joan Baldoví, declaró el pasado jueves que ve "bien" que Sánchez haya iniciado una ronda de contactos con "colectivos sociales" para recabar apoyos, pero lo instó a negociar con los partidos "progresistas", ya que, dijo, son "la única vía" ante la negativa de los partidos PP y Ciudadanos de abstenerse en una nueva sesión de investidura. Sánchez retoma esta semana sus contactos con organizaciones ecologistas.
Con la compleja situación política del país como telón de fondo, Felipe VI pasa estos días junto a su familia en Mallorca. Los reyes y sus hijas han salido a posar ante la prensa. Este año, el "posado" se ha llevado a cabo en el césped de los jardines del Palacio de Marivent, al que han acudido cerca de 50 periodistas.
En un editorial, el diario El País señala que la ronda de entrevistas de Sánchez con la sociedad civil intenta ilustrar el esfuerzo del candidato por articular una mayoría de gobierno; la realidad que corrobora es, lamentablemente, la persistencia del bloqueo político. Además, recuerda el diario, no son estos colectivos sociales quienes tienen que acordar un programa de gobierno, sino las fuerzas políticas con representación parlamentaria. El medio culpa a los partidos por su pasividad, que, tres meses después de las elecciones, "mantiene al país en un estéril compás de espera que desespera a los ciudadanos, agudiza los problemas estructurales de una economía que se está parando y deteriora la confianza en el sistema constitucional". España continúa así conviviendo con el "bloqueo político", algo que se ha hecho costumbre desde la ruptura del tradicional bipartidismo en 2015.
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