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POLICIALES: Mataron a tiros a un joven y dejaron malherido a su tío

Fue a las 14 de ayer en Melincué al 6600. Germán Ancherama, de 25 años, perdió la vida en el lugar; Rodolfo, de 29, está internado y grave

Regionales | 16/05/19

 
 

Ayer, a las dos de la tarde, los vecinos de Melincué al 6400 escucharon no menos de "diez o doce tiros, como cuando le pegan con una masa a una chapa". Al salir a las puertas de sus viviendas, asustados, vieron a dos hombres jóvenes tirados al lado del utilitario azul de una veterinaria del barrio. Nadie conocía en la zona a los muchachos. "Uno pedía ayuda, el otro ya no se movía", dijo un hombre que se acercó a verlos. Luego la policía los identificó como Germán Ancherama, de 25 años, quien murió en el lugar; y su tío Rodolfo, de 29, quien al cierre de esta edición estaba internado grave en el Hospital de Emergencias. Las fuentes sostuvieron que los tiros partieron de una persona que pasó a bordo de una bicicleta y cuando se topó con los dos bajó del rodado, se apoyó la pistola 9 milímetros sobre un brazo y disparó.

El Gabinete Criminalístico de la Policía de Investigaciones (PDI) recogió 14 vainas servidas en la escena del hecho y por testimonios de vecinos supieron que el asesino era un "chico jovencito" que a todo pedal se fue en la bicicleta por calle Melincué hacia el sur. Ninguna de las víctimas tenían armas encima. Fue un monólogo de tiros y muerte aunque los muchachos intentaron refugiarse detrás del utilitario junto al cual quedaron tirados, uno sobre el otro, al lado de la rueda trasera derecha.

A pesar de que la policía no halló armas en el lugar, a las víctimas les hicieron estudios de dermotest ya que una hipótesis de trabajo de la pesquisa es la posibilidad de que se hayan efectuado disparos de más de una pistola.

No eran del barrio

"No eran de este barrio, eran de Molino Blanco", dijo una vecina a La Capital. "Cuando llegaron los parientes, unos diez minutos después de los tiros, decían que venían de una bronca y que los muchachos sabían que no tenían que andar por acá".

"No los conocemos, pero nadie te tira tantas veces si no es por algo. Tal vez es un ajuste de cuentas", dijo un hombre mientras otra vecina, visiblemente triste, aseguraba: "Los vi tirados y comencé una cadena de oración. Pobrecitos, parecían muy chicos y uno pedía que lo ayudaran. Pero, ¿qué se puede hacer con dos chicos baleados y malheridos?"

Una vez que llegó la policía al lugar junto a una ambulancia del Sistema Integrado de Emergencias (Sies), los médicos diagnosticaron que Germán había fallecido tras recibir un tiro en el cráneo y que Rodolfo tenía heridas de balas en el el maxilar, el tórax y las piernas. La fiscal en turno Georgina Pairola se hizo cargo de la investigación y ordenó medidas de salvaguarda de pruebas, los dermotest a las víctimas y pericias balísticas.

A primera vista en el lugar no se observan cámaras de vigilancia ni públicas ni privadas en ninguna de las viviendas de esa cuadra de calle Melincué, y lo único que podría usarse como referencia para iniciar la investigación serán las palabras de ocasionales testigos, que los hubo. Es que a las dos de la tarde en ese barrio hay mucho movimiento. De hecho, a menos de dos metros de donde balearon a los dos hombres, un anciano suele estar sentado toda la tarde. "El abuelo estaba ahí y justo se levantó a tomar un vaso de agua; sino lo baleaban a él también", dijo otra vecina.

Mientras la policía trabajaba en el lugar, los vecinos seguían especulando de dónde eran oriundas las víctimas. Entonces se nombraba al barrio Las Flores, la ciudad de Villa Gobernador Gálvez y la villa de Molino Blanco, donde en realidad tienen sus domicilios.

Entre las casillas

Allí, en un pasillo que cruza una manzana de casa bajas, está afincada la familia Ancherama. Al caminar ese pasillo se ve a ambos lados casas precarias, algunas que tienen por puerta sólo cortinas pesadas y chapas que traban el paso. Tres o cuatro varones jóvenes con sus cabezas cubiertas con capuchas de buzos y ojos llorosos optaron por meterse en sus casas y no hablar. Sólo hicieron señas indicando que van a mantener la boca cerrada.

Una pareja joven salió de una de esas casillas y negó ser pariente de las víctimas. Sin embargo una niña les preguntó qué sucedía y cuando le dijeron que habían baleado a los muchachos se puso a llorar desconsoladamente en los brazos de una joven. "Es la hermanita de Germán", dijeron a LaCapital en relación al joven asesinado.

La zona de Molino Blanco, donde viven los familiares de las víctimas, es un cruce de cortadas. Al recorrer las calles se multiplican los nombres y los comentarios: "Esta zona era de «El gaucho», que tenía un par de lugares de venta de drogas por acá y creo que en el pasillo ese también", comentaban las voces que no quieren ser identificadas.

Cuando LaCapital abandonó el lugar, uno de los hombres que viven en el pasillo se acercó al chofer que llevó al cronista hasta esa zona de la ciudad y le ofreció "un par de cargadores de 9 milímetros. Si los quieren comprar, avisen", dijo y se perdió entre las casillas.

La Capital

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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