Militares, policías y paramilitares reprimieron este miércoles con una dureza nunca vista en varios meses las manifestaciones antichavistas en toda Venezuela.
El día después del frustrado alzamiento cívico militar contra el presidente Nicolás Maduro, a tal punto que generaron la condena de la ONU y el Grupo de Contacto encabezado por la Unión Europea (UE).
Mientras tanto, el presidente interino designado por el parlamento, Juan Guaidó, advirtió que los objetivos de desplazar a Maduro “no se desinflaron” tras el fallido levantamiento y volvió a llamar a un paro de trabajadores estatales “rumbo a la huelga general”.
Efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militar) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma en la mayoría de los puntos de concentración de los simpatizantes antichavistas con el objeto de evitar las marchas que habían programado, informó la prensa venezolana y extranjera.
Las marchas, no obstante, se produjeron, y en su transcurso hubo numerosos choques, en los que también se vio a encapuchados lanzarles piedras y bombas molotov a los uniformados.
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